Más de la mitad de la superficie total de Colombia —51,35%, es decir, unas 58,6 millones de hectáreas— está cubierta por bosques naturales (IDEAM, 2013). Estas zonas boscosas se concentran, principalmente, en dos regiones: la cuenca del Amazonas (la parte sur-occidental de Colombia) y Chocó-Darién (la zona costera del Pacífico). Cerca de la mitad de los bosques naturales del país (52,3%) se encuentra en territorios de comunidades indígenas (resguardos ubicados, en su mayoría, en la región más amplia de la Amazonía), comunidades afrodescendientes (consejos comunitarios que se concentran en la región del Pacífico) y comunidades campesinas. Muchas de estas zonas se caracterizan por la pobreza, la falta de gobierno, la incursión armada ilegal y la violencia (Orozco, 2013).
No hay una información clara o actualizada sobre la propiedad y el uso de la otra mitad (47,7%) del área de bosque natural, aunque, en su mayoría, esta pertenece al Estado. La sociedad civil posee una serie de reservas naturales privadas con una superficie total de 45.800 ha1 —vale anotar que esta zona no está cubierta por bosques naturales al 100%—. Según estadísticas proporcionadas por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) (2012), en 2010, Colombia tenía un área de 354.000 hectáreas de plantaciones forestales comerciales.
El sector forestal colombiano se caracteriza por tener un bajo nivel de productividad y competitividad (Orozco, 2013). Aun así, el sector contribuye aproximadamente al 0,20% del PIB y genera empleo directo a unas 90.000 personas, e indirecto a cerca de 280.000 (MADR, 2011).
Según datos de la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT), entre 2008 y 2012, Colombia produjo en promedio 4.250.000 m³ de madera al año —68% en madera tropical y 32% en coníferas—, lo que muestra una tendencia ligeramente creciente. También, de acuerdo con la OIMT y basándose en datos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (IDEAM), se utilizan alrededor de 251 especies de madera, pero solo unos pocos son predominantes. Aproximadamente, el 80% de la madera utilizada en el país proviene de bosques naturales y el 20% restante, de plantaciones —principalmente, eucaliptos y pinos—.
La información precisa sobre especies en los bosques naturales es menos accesible. Sin embargo, la OIMT estima que la cosecha de Prioria copaifera (cativo) y Campnosperma panamensis (sajo) está por encima de los 100.000 m³ al año. Otras especies que se utilizan con frecuencia incluyen Brosimum utile (sande, huina), Carapa guianensis (andiroba), Cedro (varias esp.) y Tabebuia serratifolia/Tabebuia rosea (cedro rosado) (Oliver, 2013).
La madera de uso industrial se emplea en Colombia, principalmente, para madera aserrada, aglomerados y pulpa. El sector aserrador es relativamente pequeño y subdesarrollado. No obstante, el país tiene una capacidad importante de producción de papel y fabricación de muebles (Oliver, 2013).
La pérdida y la degradación de las zonas forestales naturales es considerado como un problema importante en el país. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) (2010), Colombia ha experimentado una constante tasa de deforestación anual del 0,2% en los últimos 20 años. Los resultados de un estudio realizado por el IDEAM mediante el uso de imágenes satelitales de alta resolución son menos favorables: alrededor de 2 millones de hectáreas de bosques se perdieron entre los años 2000 y 2007, lo que equivale a una tasa de deforestación de 300.000 hectáreas por año (o el 0,5%).
Romero et al. (2008) atribuye la deforestación a la colonización y, en particular, a las actividades de agricultura de pequeña y mediana escala, y a la cría de ganado. La colonización provoca alrededor del 73% de la deforestación total. En algunas zonas, los cultivos ilegales (Erythroxylon coca y Papaver somniferum) son otra causa importante. La tala a pequeña escala y no la deforestación es la causa más importante por la que se degradan los bosques.
Un análisis detallado del sector forestal en 2011 identificó los siguientes problemas como los principales obstáculos para el desarrollo eficiente del sector: la falta de capacidad y coordinación institucional; la pérdida y degradación de la cubierta de los bosques; la baja productividad y competitividad del sector y la falta de medios financieros e inversiones en tecnología e innovación (MADS, 2011).
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